El paramilitarismo en México no se puede negar, ya que forma parte del proceso de consolidación de un grupo criminal al realizar la “limpieza” de un territorio donde operan rivales, explican expertos / No conviene al país seguir evadiendo la gravedad de la violencia /El paramilitarismo surge cuando el Estado se fragmenta y no es capaz de proteger a la población
MÉXICO, D.F., 29 de septiembre (EL UNIVERSAL).- Los grupos paramilitares en el país son una realidad, coinciden expertos en temas de seguridad.
Grupos como “Los Zetas” o los “Matazetas” son ejemplos de paramilitarismo, es decir, grupos privados que utilizan técnicas y tácticas militares para conseguir un objetivo.
“No le conviene al país seguir evadiendo la gravedad de la violencia de la inseguridad en el país, así como no le conviene seguir evadiendo la gravedad del lugar en que estamos. El número de armas que el gobierno federal reporta haber asegurado, es indicio suficiente para suponer que, en efecto, existen grupos que usan las armas con técnicas militares. El número de armas que el gobierno señala que está recogiendo, que incluso ellos dijeron equivale al armamento disponible para un ejército, sumado a los números de deserción del gobierno militar, esos dos datos permiten razonablemente suponer que el fenómeno paramilitar se está extendiendo”, afirma Ernesto López Portillo, director ejecutivo del Instituto para la Seguridad y la Democracia (Insyde).
“La paramilitarización es el uso de la violencia a través de técnicas y tácticas militares por parte de grupos privados. La vinculación entre ambas es lo que puede dar origen al narcoparamilitarismo. La paramilitarización puede o no apelar a fundamentos ideológicos, puede ser un recurso contratable y disponible en el mercado de la violencia. El fenómeno en general se llama reprivatización de la violencia: se está privatizando la violencia y los paramilitares son una de las expresiones más peligrosas, debido a que se trata de profesionales de la violencia, que pueden tener origen directo o no de las Fuerzas Armadas”, añade.
Fenómeno “es una realidad”
Edgardo Buscaglia, catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y experto en temas de seguridad, dice que “en México no se puede negar la existencia de paramilitares, que forman parte del proceso de consolidación de un grupo criminal al realizar la ‘limpieza’ de un territorio donde operan rivales, y de manera paralela empresarios han estado contratando grupos de seguridad en el extranjero para defenderse”.
“El paramilitarismo es una realidad que se toca en el interior del país cuando se viaja a Michoacán, a Durango. Hay policías a los que se les ofreció formar parte de grupos paramilitares. El paramilitarismo en México es un reflejo de la fragmentación del Estado”, afirma en entrevista.
A nivel mundial, precisa, “hay un común denominador: el paramilitarismo surge cuando el Estado se fragmenta y no es capaz de proteger, y estos grupos básicamente obedecen a esa necesidad”.
El especialista asegura que, en el caso mexicano, el paramilitarismo —que no es igual al fenómeno colombiano— forma parte del proceso de “limpieza” de todos los grupos adversarios a la Federación, de Sinaloa, “ya sea actuando en paralelo, como una extensión del Estado, o como una extensión de empresarios”.
Agrega que “el paramilitarismo que vimos en Veracruz, el agresivo que ‘limpia’ regiones de grupos adversarios al de Sinaloa, es otra motivación en el caso mexicano”.
Los empresarios mexicanos, explica, al no ver autoridad que les garantice seguridad, contratan mercenarios de países como Estados Unidos e Israel para que los custodien.
“Erróneamente piensan que con ello van a garantizar su seguridad, pero ahí comienza el paramilitarismo, (fenómeno que no) requiere tener ideología de derecha o de izquierda, son grupos que actúan con tácticas militares similares a las del Ejército para ‘limpiar’ las regiones de adversarios de la gente que les paga”, explica.
El caso Veracruz
Samuel González, consultor independiente en temas de seguridad, dice que tanto “Los Zeta”s como los grupos que los atacan cumplen con la definición de grupos paramilitares.
González, asesor de la ONU para el Combate a las Drogas y la Corrupción, explica que “la delincuencia organizada puede ser violenta, pero los grupos paramilitares tienen una estructura similar a la del Ejército. La violencia que ellos emplean es en forma de terrorismo. El grupo que atacó a `Los Zetas` (en Veracruz) es un grupo paramilitar, aunque cabe mencionar que el primer precedente de estos grupos son `Los Zetas`”.
Javier Oliva, investigador de la UNAM, descartó la presencia de estos grupos: “Lo descarto por completo, pero no por los argumentos del gobierno, porque ni fundamentan su negativa, sino porque no tienen características de paramilitares: asumirse como un ejército, andar uniformados, tener adiestramiento para el manejo de armas, y se vinculan a organizaciones de derecha radical o defensores, como en el caso de Colombia”.