lunes, 26 de septiembre de 2011

EN PRIMERA FILA ¡ RETORNAN LOS MONSTRUOS DEL PASADO!

En primera fila




¡Retornan los monstruos del pasado!



Por Luis A. CABAÑAS BASULTO



Una vez salida a la luz pública el encubrimiento de que fue objeto en relación con la matanza de Acteal, Chiapas y que denunciaron en Estados Unidos cuatro mujeres y seis hombres víctimas de sus excesos de poder, el ex presidente priísta Ernesto Zedillo, a quien imputan crímenes de guerra y otros delitos de lesa humanidad ante el Tribunal Federal de Connecticut, de manera inevitable viene a la memoria de los quintanarroenses el caso del ex gobernador Mario Villanueva Madrid.
Actualmente académico de la Universidad de Yale en New Haven, en ese Estado de la Unión Americana, Zedillo fue artífice de la fiera persecución contra el mandatario, quien, víctima de una traición de un empresario “amigo” encubierto de Cancún -Irving Trigo Segarra-, fue finalmente detenido por la PGR tras varios años de persecución, entonces durante el gobierno del panista Vicente Fox, quien sólo pudo enjuiciarle por un aparente enriquecimiento inexplicable que, en términos de ley contra la delincuencia organizada, se conoce como “lavado” de dinero.
Los cargos en su contra fueron alrededor de 30, pero aquél fue el único que pudieron comprobarle, aunque, tras cumplir una condena de 6 años, el gobierno mexicano le negó la libertad por un requerimiento de Estados Unidos que, al final de cuentas, le costó una sospechosa extradición que, como están las cosas, con el PAN en el poder, nunca podría revertir ni mucho menos negociar, aunque con el “nuevo PRI” en Los Pinos tampoco habría alguna garantía.
Con poca memoria, y a apenas 12 años de los hechos, ayer nos preguntaban por correo electrónico por qué Mario Villanueva se había peleado con el PRI-gobierno, que en ese entonces y hasta hoy es lo mismo en los Estados donde no es oposición. Decíamos en la columna anterior que fue por negarse a aceptar la candidatura de la ahora panista Addy Joaquín para la gubernatura, cuando que su “delfín” era el ahora miembro del Partido Convergencia por la Democracia, Jorge Polanco Zapata, tras lo cual se barajó el nombre de Héctor Esquiliano Solís y finalmente terminó optando por Joaquín Hendricks Díaz.
Una vez en manos de las autoridades y en pleno juicio, el ex gobernante planteó en su defensa una serie de testigos de descargo, entre ellos su entonces “amiga”, la periodista Isabel Arvide, de cuya comparecencia de supo, pero no el contenido total de su declaración, aunque un diario local publicaría el 18 de agosto de 2001 que denunció que durante una reunión con el entonces procurador Madrazo Cuéllar éste le aseguró “que destruiría a Mario Villanueva y que no descansaría hasta verlo en la cárcel, por capricho”, según informaría el defensor Carlos Bojórquez.
Los roces con Zedillo, si la memoria no nos falla, comenzaron desde antes que este fuera Presidente de la República, ya que siendo Secretario de Educación en su primer año de gobierno estaba dispuesto a desterrar al entonces Rector de la recién creada Universidad de Quintana Roo, Enrique Carrillo Barrios-Gómez, a quien Zedillo apoyaba, por lo que nombró nuevo Rector a Luis Peña Alba, quien, en meteórica carrera, fuera secretario de Obras Pública, director del Tecnológico local y titular del Instituto Estatal para la Educación de los Adultos.
Ahora bien, nos preguntamos, ¿cómo no estar prácticamente indefenso si tenía como enemigos, entre otros, al banquero chiapaneco Roberto Hernández, ex presidente de Banamex, gran invasor de terrenos de gran potencial turístico estaría, condiscípulo de Vicente Fox, un hombre poderoso, con tal influencia que llegaría al extremo de “manejar hasta al presidente Zedillo” y de hacer “lo que le venga en gana”?
También tenía por enemigo al ex gobernador Pedro Joaquín Coldwell; a los líderes priístas Humberto Roque Villanueva, a quien acusaría de “dar muchos bandazos”, y a Mariano Palacios Alcocer, a fines de 1998, en pleno proceso para seleccionar candidato a la gubernatura de Quintana Roo, cuando frustró el sueño de su comadre Addy Joaquín, entonces candidata de Zedillo. Por si fuera poco, tampoco le apoyaban sus propios paisanos, como es el caso del entonces delegado estatal del tricolor, Armando Leogon Beltrán, quien manifestó en Cancún que el PRI “no intervendrá de ninguna manera a favor del quintanarroense porque, en este sentido, el partido está bien definido”, y que en tanto no se defina su situación legal, sus derechos partidistas estarían temporalmente suspendidos.
En acusaciones del quintanarroense también incluyó al padre del ex presidente, Rodolfo Zedillo, así como a su primo, Fernando Zedillo, de ejercer presiones políticas para obtener obras millonarias en Quintana Roo, lo que él habría impedido y derivó en una pugna personal con el primer mandatario. En torno a esos negocios, explicó que uno de los hijos de Zedillo le pidió una reunión con el hermano de éste (Rodolfo Zedillo), su padre y un primo (Fernando Zedillo), el primero de los ellos director general de la Compañía Impulsora de Servicios (CIS), que ofreció nombrar a uno de los hijos de Villanueva Madrid como director de proyectos para la zona sur del país y realizara proyectos en Quintana Roo.
Mario dijo que no estaba enterado de ello ni conocer a los familiares del Presidente. Mi hijo era un joven inexperto, sin la capacidad para el cargo, dijo, por lo que le quedó claro que lo utilizaban como “gancho” para enlazarse con él e interesarlo, además de parecerle indebido ese proceder, pero que accedería a reunirse con ellos para conocer sus planes: el padre y el hermano de Ernesto Zedillo actuarían como gestores para promover proyectos ¿Y estos son los gobernantes que dicen sí saber cómo hacer las cosa y pretenden volver a Los Pinos? L.A.C.B., Chetumal, Q. Roo, 25 de septiembre de 2011 luancaba2003@hotmail.com

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