En primera fila
¿Un loco presidente municipal?
Por Luis A. CABAÑAS BASULTO
Bastó una “simple” declaración para que todo mundo, como si se hubiese puesto de acuerdo, no bajara de loco al presidente municipal de Othón P. Blanco, Carlos Mario Villanueva Tenorio, quien se refería a la necesidad de más de 8 mil millones de pesos para su territorio. Todos los medios, con muy contadas excepciones, se le fueron encima, con el pretexto de que estaba soñando.
El hombre fue entrevistado una y otra vez, claro luego de restregar por los suelos su declaración, y una y otra vez insistió entre los reporteros -se nos hace muy difícil llamarles periodistas- lo bombardearon con serios cuestionamientos, inclusive envolviendo su nombre con otras circunstancias que, desde luego, nada tenían que ver con el asunto, pero él terminó callando y callándolos a todos.
Para ese efecto, Carlos Mario acudió a plantear sus apropósitos ante el Consejo Consultivo Ciudadano que, tras escuchar argumentos y, sin esperar, desde luego, ninguna prebenda que los compañeros del medio casi exigen -es triste reconocerlo, pero muy real-, inclusive lo felicitaron ante una postura que, siendo realistas, no refleja más que la realidad.
Con todo, el primer edil explicó que de lo que se trataba no era de una solicitud estatal, sino sólo de Othón P. Blanco, en tanto aseveró que lo que pedía para el municipio, eran poco más de 3 mil millones, esto como parte de su presupuesto 2012 ante el Gobierno del Estado, sabedor de que, por si acaso, este Poder, a través del Congreso del Estado, sólo le autorizaría hasta unos 700 millones, y esto con mucha suerte, para todo el año.
Para convencer al Consejo, el presidente municipal no requirió de muchos argumentos, salvo referirse a las verdaderas necesidades del municipio que gobierna y de lo que se podría lograr con esos recursos, aunque Usted no lo rea, tan sólo para cubrir las principales necesidades de las 84 comunidades que le quedaron tras la división de territorios por la creación del nuevo municipio de Bacalar.
Ahora bien, hasta donde sabemos, hasta antes de este obsequio del Congreso del Estado al “Pueblo Mágico”, Othón P. Blanco contaba una extensión tal que lo ubicada como el segundo mayor del país, con una serie de necesidades que, ahora sí, a cualquiera de los othonenses les gustaría saber si conocen quienes se oponen al presupuesto que exige el primer edil. Y conste que utilizamos el término exigir porque Quintana Roo en uno de los Estados con derecho a hacerlo por los recursos que envía a la Federación vía impuestos.
También interesante sería determinar si quienes critican esas demandas conocen por lo menos la mitad de Othón P. Blanco. No lo creemos, ya que, de ser así, no sólo avalarían esos 8 mil millones de pesos, sino hasta el doble, aunque Ud. no lo crea, ya que las necesidades de los othonenses están para llorar, a grado tal que, como si fuera de novela, existen comunidades que ¡carecen inclusive de agua potable para su consumo! ¡Increíble! Y en pleno siglo XXI.
Otras comunidades más, y conste que hablamos de ello porque nos consta, están prácticamente situados en plena selva, a merced de animales que sólo conocemos en películas, ya que tan sólo se comunican con la civilización a través de alguna brecha mal elaborada por la propia gente que, al paso de las lluvias, ya podrá Ud. imaginarse cómo queda, pese a las necesidades de traslado de enfermos o para los niños de la escuela.
¿Y por plantear estas necesidades está loco Carlos Mario?, nos preguntamos. Su único “pecado”, nos consta, fue contratar a Luis Ortiz Cardín -ex presidente de la Cámara local de Comercio- como director general del Instituto Municipal de Planeación para un análisis de problemas sociales y un planteamiento de soluciones a través de sendos proyectos y número de beneficiarios. Al final, el resultado se llamó 8 mil millones de pesos de los que todo mundo habla ahora como resultado de una locura o sueño del munícipe.
Y es que éste, como todo mundo sabe, ha explicado una y otra vez, claro para quienes quieran entenderlo, si tienen un gramo de cerebro, que es tan sólo un planteamiento de ne-ce-si-da-des que corresponde responder o desechar al nivel de gobierno competente, en este caso la Federación que, por lo que se ve, lamentablemente, anda más ocupada en la sucesión presidencial y la búsqueda de algún candidato que pudiera enfrentar por lo menos decorosamente a su oposición.
Así las cosas, nos parece incongruente que esos enemigos de Carlos Mario, por un lado, le cuestionen día a día por tantos problemas en las comunidades rurales, y por el otro, le nieguen apoyo a su demanda de recursos, al menos, claro, que esperen que el señor los saque de sus bolsillos o que caigan del cielo como el maná divino que, salido sabrá Dios de dónde, solventó el hambre al pueblo judío.
La verdad es que, por donde quiera verse, los ataques contra el primer edil provienen de donde todo mundo sabe y nadie se atreve a confesar, y que, contra lo que quiera ponerse de pretexto, nadie dice nada por eso que llaman “respecto” a la libertad de expresión, aunque quienes piden ese respeto no respetan si quiera el derecho de la comunidad a estar bien informados sobre la realidad de las cosas, y no la realidad de sus intereses.
Por lo demás, sería interesante determinar si alguno de los detractores -no decimos críticos porque quedarían muy lejos del término periodístico, conoce por lo menos el 10 por ciento del territorio othonense o sus necesidades. Como diríamos en su momento, la mejor prueba de su ignorancia, sería llevarlos a cualquier población con los ojos vendados y darles tres vueltas. ¡Se extraviarían por ignorar cómo volver a su casa! L.A.C.B., Chetumal, Q. Roo, 20 de septiembre de 2011 luancaba2003@hotmail.com
El hombre fue entrevistado una y otra vez, claro luego de restregar por los suelos su declaración, y una y otra vez insistió entre los reporteros -se nos hace muy difícil llamarles periodistas- lo bombardearon con serios cuestionamientos, inclusive envolviendo su nombre con otras circunstancias que, desde luego, nada tenían que ver con el asunto, pero él terminó callando y callándolos a todos.
Para ese efecto, Carlos Mario acudió a plantear sus apropósitos ante el Consejo Consultivo Ciudadano que, tras escuchar argumentos y, sin esperar, desde luego, ninguna prebenda que los compañeros del medio casi exigen -es triste reconocerlo, pero muy real-, inclusive lo felicitaron ante una postura que, siendo realistas, no refleja más que la realidad.
Con todo, el primer edil explicó que de lo que se trataba no era de una solicitud estatal, sino sólo de Othón P. Blanco, en tanto aseveró que lo que pedía para el municipio, eran poco más de 3 mil millones, esto como parte de su presupuesto 2012 ante el Gobierno del Estado, sabedor de que, por si acaso, este Poder, a través del Congreso del Estado, sólo le autorizaría hasta unos 700 millones, y esto con mucha suerte, para todo el año.
Para convencer al Consejo, el presidente municipal no requirió de muchos argumentos, salvo referirse a las verdaderas necesidades del municipio que gobierna y de lo que se podría lograr con esos recursos, aunque Usted no lo rea, tan sólo para cubrir las principales necesidades de las 84 comunidades que le quedaron tras la división de territorios por la creación del nuevo municipio de Bacalar.
Ahora bien, hasta donde sabemos, hasta antes de este obsequio del Congreso del Estado al “Pueblo Mágico”, Othón P. Blanco contaba una extensión tal que lo ubicada como el segundo mayor del país, con una serie de necesidades que, ahora sí, a cualquiera de los othonenses les gustaría saber si conocen quienes se oponen al presupuesto que exige el primer edil. Y conste que utilizamos el término exigir porque Quintana Roo en uno de los Estados con derecho a hacerlo por los recursos que envía a la Federación vía impuestos.
También interesante sería determinar si quienes critican esas demandas conocen por lo menos la mitad de Othón P. Blanco. No lo creemos, ya que, de ser así, no sólo avalarían esos 8 mil millones de pesos, sino hasta el doble, aunque Ud. no lo crea, ya que las necesidades de los othonenses están para llorar, a grado tal que, como si fuera de novela, existen comunidades que ¡carecen inclusive de agua potable para su consumo! ¡Increíble! Y en pleno siglo XXI.
Otras comunidades más, y conste que hablamos de ello porque nos consta, están prácticamente situados en plena selva, a merced de animales que sólo conocemos en películas, ya que tan sólo se comunican con la civilización a través de alguna brecha mal elaborada por la propia gente que, al paso de las lluvias, ya podrá Ud. imaginarse cómo queda, pese a las necesidades de traslado de enfermos o para los niños de la escuela.
¿Y por plantear estas necesidades está loco Carlos Mario?, nos preguntamos. Su único “pecado”, nos consta, fue contratar a Luis Ortiz Cardín -ex presidente de la Cámara local de Comercio- como director general del Instituto Municipal de Planeación para un análisis de problemas sociales y un planteamiento de soluciones a través de sendos proyectos y número de beneficiarios. Al final, el resultado se llamó 8 mil millones de pesos de los que todo mundo habla ahora como resultado de una locura o sueño del munícipe.
Y es que éste, como todo mundo sabe, ha explicado una y otra vez, claro para quienes quieran entenderlo, si tienen un gramo de cerebro, que es tan sólo un planteamiento de ne-ce-si-da-des que corresponde responder o desechar al nivel de gobierno competente, en este caso la Federación que, por lo que se ve, lamentablemente, anda más ocupada en la sucesión presidencial y la búsqueda de algún candidato que pudiera enfrentar por lo menos decorosamente a su oposición.
Así las cosas, nos parece incongruente que esos enemigos de Carlos Mario, por un lado, le cuestionen día a día por tantos problemas en las comunidades rurales, y por el otro, le nieguen apoyo a su demanda de recursos, al menos, claro, que esperen que el señor los saque de sus bolsillos o que caigan del cielo como el maná divino que, salido sabrá Dios de dónde, solventó el hambre al pueblo judío.
La verdad es que, por donde quiera verse, los ataques contra el primer edil provienen de donde todo mundo sabe y nadie se atreve a confesar, y que, contra lo que quiera ponerse de pretexto, nadie dice nada por eso que llaman “respecto” a la libertad de expresión, aunque quienes piden ese respeto no respetan si quiera el derecho de la comunidad a estar bien informados sobre la realidad de las cosas, y no la realidad de sus intereses.
Por lo demás, sería interesante determinar si alguno de los detractores -no decimos críticos porque quedarían muy lejos del término periodístico, conoce por lo menos el 10 por ciento del territorio othonense o sus necesidades. Como diríamos en su momento, la mejor prueba de su ignorancia, sería llevarlos a cualquier población con los ojos vendados y darles tres vueltas. ¡Se extraviarían por ignorar cómo volver a su casa! L.A.C.B., Chetumal, Q. Roo, 20 de septiembre de 2011 luancaba2003@hotmail.com